Ingredientes
- 200 gr de arroz redondo
- 200 ml de agua
- 2,5 l de leche entera (si encontráis de leche de vaca cruda mejor)
- 1 limón grande
- 1 rama de canela grande
- 150 g de azúcar blanquilla
- 1 pizca de sal generosa
- Para decorar y hacer el requemado final: 100 g de azúcar
- 10 g de canela en polvo
Receta de arroz con leche. Esta es una de las recetas de postre tradicionales a las que le tenía un montón de ganas, tanto de compartirlo con vosotros como de prepararlo en casa, pues es el postre que más recuerdos me trae de la niñez después de las filloas gallegas y la leche frita de mi abuela Lucrecia. Para mí el mejor era el que preparaba mi tía Amelia, que lo bordaba en cada celebración de cualquier índole, cumpleaños, comidas de matanza o vendimia, o simplemente porque sí (que eran las mejores veces).
Su secreto era la paciencia y utilizar leche de vaca, de las de verdad, ordeñada de la mañana con su nata y un sabor a leche que poco a poco voy perdiendo en el tiempo. También usaba una gran cazuela de latón de las de antaño, una cocina de leña y muchas horas. El resultado, un arroz con leche cremoso en el que el grano quedaba algo suelto en una crema con sabor a canela y limón y que al día siguiente estaba incluso más bueno. Este es un recuerdo que conservo de cuando no tenía ni diez años y que me ha surgido de nuevo hace unas semanas cuando me he atrevido a prepararlo en casa y comerlo cuchara a cuchara, saboreando este arroz con leche como se merece. Parece que aún veo a mi tío Manolo echándome la bronca por comer el arroz muy caliente de la olla.
Al final esta es una receta que mezcla el mejor arroz con leche asturiano con los recuerdos del gallego. El acabado con esa caramelización de azúcar y canela es un puntazo, una receta asturiana a diferencia de la que yo conocía es la cremosidad y el requemado de azúcar y canela. La cremosidad se consigue añadiendo más leche y alargando la cocción hasta que el arroz casi se deshace. Espero que os guste y lo preparéis en casa, seguro que os traerá los mismos recuerdos golosos que a mí, gracias Amelia por este postre humilde y que puede llegar a ser un postre sublime. Y como dice mi amigo Carlos Noceda, un asturiano de pro “en Asturias, como en ninguna parte”.
Su secreto era la paciencia y utilizar leche de vaca, de las de verdad, ordeñada de la mañana con su nata y un sabor a leche que poco a poco voy perdiendo en el tiempo. También usaba una gran cazuela de latón de las de antaño, una cocina de leña y muchas horas. El resultado, un arroz con leche cremoso en el que el grano quedaba algo suelto en una crema con sabor a canela y limón y que al día siguiente estaba incluso más bueno. Este es un recuerdo que conservo de cuando no tenía ni diez años y que me ha surgido de nuevo hace unas semanas cuando me he atrevido a prepararlo en casa y comerlo cuchara a cuchara, saboreando este arroz con leche como se merece. Parece que aún veo a mi tío Manolo echándome la bronca por comer el arroz muy caliente de la olla.
Al final esta es una receta que mezcla el mejor arroz con leche asturiano con los recuerdos del gallego. El acabado con esa caramelización de azúcar y canela es un puntazo, una receta asturiana a diferencia de la que yo conocía es la cremosidad y el requemado de azúcar y canela. La cremosidad se consigue añadiendo más leche y alargando la cocción hasta que el arroz casi se deshace. Espero que os guste y lo preparéis en casa, seguro que os traerá los mismos recuerdos golosos que a mí, gracias Amelia por este postre humilde y que puede llegar a ser un postre sublime. Y como dice mi amigo Carlos Noceda, un asturiano de pro “en Asturias, como en ninguna parte”.
Preparación inicial del arroz con leche
- El primer paso es preparar los ingredientes con los que vamos a aromatizar la leche. Lavamos muy bien el limón y pelamos su piel de manera fina, sin mucho blanco que luego nos amargue el postre. Necesitamos también un palo de canela en rama, el más grande que encontréis.
- Calentamos los dos litros de leche a fuego medio casi hasta el punto de ebullición. Bajamos la temperatura y retiramos del fuego, añadimos la piel del limón y por último la rama de canela. Dejamos todo en reposo durante 5 minutos (infusionando la leche).
- En otra cazuela ponemos el arroz con el agua y una pizca de sal y lo llevamos a ebullición, la sal es importante porque le da un toque muy importante, casi el secreto fundamental para que sea un auténtico arroz con leche.
- En cuanto el arroz haya chupado todo el agua retiramos. Pensad que hemos añadido poco agua y el arroz aún estará un poco duro, con este proceso conseguimos ahorrar casi media hora. Carlos Noceda sigue en su receta añadiendo a esa cazuela la leche previamente infusionada, aunque mi madre me comentó que lo mejor era pasarlo a la cazuela de la leche y hervir a muy poca temperatura el arroz.
- Así que siguiendo el consejo de mi madre de 10 puntos de temperatura de mi placa de inducción lo he tenido al 3 en todo momento, removiendo cada 10 minutos para que no se vaya pegando a la cazuela y que se mezclen bien los sabores.
Preparación final del arroz con leche
- El proceso de evaporación de la leche y que el arroz suelte el almidón que le queda será de una hora más o menos. Cuando hemos llegado a ese punto añadimos el medio litro de leche que tenemos reservado. Seguimos con la temperatura baja otra hora más, siempre removiendo para conseguir ese punto deseado de cremosidad.
- Cuando consigamos que el arroz esté cremoso, teniendo en cuenta que cuando se enfríe engordará un poco, añadimos el azúcar (yo he usado poca cantidad pues con el requemado queda bastante dulce y así se puede contrarrestar). El azúcar siempre lo añadimos al final para que no se pegue, además también engordará la crema un poco.
- Para la presentación llenamos unas cazuelas o cuencos chulos que tengáis por casa, como veréis en la foto yo empleé unas cazuelas de gres preciosas especiales para crema catalana, sencillas y con el tamaño justo para un postre individual. Dejamos que reposen 15 minutos.
- Cuando vayamos a servir el arroz con leche quemaremos la superficie. Echamos una cucharada de azúcar mezclado con canela en polvo en la parte superior y quemamos con un soplete de cocina.
- Se puede usar también una pala de quemar especial para este postre, pero no es fácil de conseguir y ocupa mucho en una cocina pequeña como la mía. Así que prefiero el soplete que mantiene el arroz con leche templadito y genera esa famosa placa de azúcar crujiente. Hay gente en Asturias que le pone corteza de limón e incluso algunas gotinas de anís.
- A mi me gusta el arroz con leche tradicional muy frío, por eso lo guardo siempre en la nevera, para servirlo bien fresquito y acabo caramelizando la superficie antes de servir. Aunque os lo dejo a vuestro gusto, a mi madre, le encanta más suelto y un poco caliente.
- Me comenta Lorena, que es asturiana y de este postre sabe un rato que a esta receta el chorrito de anís es muy importante para que esté rico de verdad. Y nos aconseja que sino se encuentra leche de vaca auténtica (aunque cada vez es más fácil, pero no es igual), podemos ayudar con un brick de 200 ml. de nata líquida, la de repostería.
Si os gusta la cocina asturiana en el blog podéis encontrar un montón de recetas. En Asturias no solo se come bien, sino que además en abundancia. Además de ser un paraíso natural, le acompaña un gran compañero, su gastronomía envidiable.
No dejéis de disfrutar de todos los dulces de rechupete en nuestras recetas de postres, os aseguro que encontraréis un montón de ideas para hacer mucho más felices a los vuestros.
Podéis ver todas las fotos del paso a paso de esta receta de arroz con leche, no os perdáis detalle para que os salgan perfectas.
Os recomiendo estas recetas para enamorarte un poco más de este paraíso verde. ¿Hay ‘fame’? Un cachopo de ternera no te va a decepcionar si te gusta la carne, si te gusta el cuchareo, no puedes dejar de probar su famosa fabada, sus mundialmente conocidas fabes con almejas o esas espectaculares verdinas, para abrir boca, tienes sus bollos preñados o unas cebollas rellenas (a mi las que más me gustan son con bonito, pero también las tienes con carne).
Para acabar una jornada gastronómica que no olvidarás, sus postres, el tocinillo de cielo de Pravia. Y por supuesto un buen café o infusión debe ir acompañada de unas moscovitas o unas Casadielles o Casadiella. Son un montón de recomendaciones que no debéis dejar de probar en Asturias o en vuestra casa, ¿por qué no?
Si tenéis cualquier consulta o queréis mejorar la receta, este va a ser vuestro rincón:
Os dejo con un mail de Pilar desde Cantabria, sus palabras bien merecen un hueco en esta receta, están llenas de sentimiento: “Quiero felicitarte y me llena de alegría encontrar un cocinero que de una vez, explique la forma de hacer el arroz con leche en condiciones. Yo soy de un pueblo de Cantabria, que linda casi con Asturias, Puentenansa se llama.
En mi casa había vacas y el arroz con leche era postre único antiguamente, mi difunta madre era famosa entre nuestras amistades por el arroz que hacia, hace 58 años. Cuando era la fiesta del pueblo en Agosto y recibíamos a los parientes de la capital, andaba la pobre mujer preocupada con sus guisos y con la cremosidad del dichoso arroz. Ella pasaba dos horas dale que dale removiéndolo, en la cocina de leña ,y al final el lujo del chorrito de anís, que no siempre se podía, de La asturiana, o el sumum de Marie Brizard, ¡en aquellos tiempos!.
La cantidad de leche que chupaba ese arroz, ni te cuento,por eso, cuando leo recetas y veo que piden tan poca leche, y que lo cocinan en media hora,… no puedo menos que asegurar que en vez de arroz con leche va a salir engrudo al enfriar. Me ha hecho mucha ilusión leer tu receta y ver que hay alguien que proclama que las cosas bien hechas llevan su tiempo. Felicidades.
Las deliciosas chulas de tu preciosa abuela, aquí se llaman guisuelos y todavía se sirven en algunos de los restaurantes de Potes ,como desayuno típico y se siguen haciendo en las casas.“
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